Terça Livre, el impulso conservador en Brasil que surge después de 30 años de socialismo

16 de Marzo de 2019 Noticias

El corresponsal brasileño Mario Balaban, del medio  Terça Livre (Un martes libre) explicó en una entrevista a La Gran Época cómo después de décadas de socialismo-comunismo surgió el renovador movimiento conservador en Brasil que tuvo un rol principal para hacer llegar a la presidencia a Jair Bolsonaro, pese a que la izquierda parecía dominar todos los medios de comunicación y mantenía la supremacía del poder.

Tuvimos entre 20 y 30 años de socialismo en Brasil. Obviamente fue un desastre, no solo económico sino también moral, y la gente, no solo estuvo muy molesta por la catástrofe económica que trajeron sino también por la degradación completa de los valores morales”.

Las calles eran inseguras y estaban llenas de drogas y estábamos financiando a todos los regímenes comunistas en Cuba y Venezuela”, dijo Balaban durante el encuentro anual de conservadores CPAC 2019 en Maryland, Estados Unidos que se realizó entre el 27 de febrero y 2 de marzo.

Buscando salir de la degradación y corrupción reinante, hace unos años, alrededor del 2014, motivados por la recuperación de los valores morales y culturales, parte de los brasileños comenzaron a unirse en un movimiento conservador que comenzó a salir a las calles en modo masivo por primera vez.

“¡Fue un gran cambio! En los 90s tuvimos nuestro primer presidente socialista, se llamaba Fernando Henrique Cardoso. Era un “socialista demócrata” como suelen llamarlo, muy cercano a George Soros. Luego a principios del siglo XXI tuvimos a Lula da Silva que es más conocido. Él está en prisión ahora por corrupción y es del Partido de los Trabajadores. Después de él tuvimos a Dilma Rousseff, también del Partido de los Trabajadores. Así que tuvimos entre 20 y 30 años de socialismo en Brasil”.

“Definitivamente, lo que pasó es que la izquierda siempre dirigía todo el activismo callejero. Así que, cada vez que había una protesta callejera, siempre era dirigida por la izquierda, pero en junio de 2013 hubo una protesta que comenzó en San Pablo pero se expandió por todo Brasil pidiendo pasajes de autobús gratuitos”.

Las personas se preguntaban por qué Brasil, un país rico, el más grande de Latinoamérica, estaba sumido en la crisis económica y falta de valores.

Como ejemplo, basta recordar que en 2018, Brasil reportó un aumento de un 26% de asesinatos, con respecto a la década anterior, lo que convirtió a la nación en una de las más peligrosas del mundo, de acuerdo al Instituto de Investigación Económica Aplicada.

Con una tasa nacional promedio de 30,3 asesinatos cada 100.000 habitantes, llegó a ser casi 30 veces más peligrosa que el promedio en Europa y muy por encima de sus vecinos, Argentina (6,53) y Uruguay (8), según datos de la Oficina de Naciones Unidas. Brasil se estaba acercando a Venezuela, que ronda una tasa de 70 asesinatos cada 100.000 habitantes.

Los partidarios del candidato presidencial Jair Bolsonaro, celebran frente al Congreso Nacional en Brasilia, después de que ganara las elecciones presidenciales de Brasil, el 28 de octubre de 2018. – (SERGIO LIMA/AFP/Getty Images)

“La gente que es gente común, sin ideología, dijo: Lo que voy a hacer es ir a la calle y protestar por mi propia causa y cada brasileño que estaba cansado de la corrupción, cansado de la injusticia salió a la calle a protestar”, comento Balaban.

“Hablamos de millones y millones de personas en todas las ciudades de Brasil todos se unieron y dijeron vamos a cambiar”.

Las personas comenzaron a descubrir cómo operaba la red de corrupción entre Brasil, Cuba y Venezuela.

“La gente empezó a investigar y tratar de aprender acerca de estas cosas, de la historia del comunismo en Brasil en los años 60 y 70, sus operaciones de guerrilla y sus operaciones terroristas en Brasil, y de ahí en adelante la izquierda empezó a perder la narrativa y empezó a perder el activismo callejero que siempre dirigía”, añadió el corresponsal.

La misma retórica

Según Balaban, la izquierda siempre es buena en sus discursos y en argumentos emocionales pero “no son buenos para nada en argumentos lógicos”.

“Esa es una de las razones por las que estoy aquí (en Estados Unidos) para advertir a muchos estadounidenses de lo que el socialismo puede traerles porque aquí escuchamos mucho de Bernie Sanders y Ocasio-Cortéz, diciendo eso de: ‘¡Oh, no! Solo queremos el socialismo como Suecia, solo lo queremos como Dinamarca, no queremos el socialismo venezolano o cubano’. Pero esos países escandinavos no tienen un socialismo real”.

“La retórica que escucho de Bernie Sanders y de Ocasio-Cortéz es exactamente la misma retórica que escuché del Partido de los Trabajadores (de Lula) en Brasil. Las políticas son exactas y las narrativas idénticas, y todo lo están impulsando aquí y la manera en la que impulsan su plan es precisamente idéntica. Eso es lo que más me impactó, teniendo esta perspectiva internacional y observando a comunistas y socialistas tomando el control de América Latina”, señaló el corresponsal.

Es exactamente la misma retórica y el mismo desastre que se puede ver en Venezuela”, finalizó.

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