Las actividades de espionaje de China se preparan para ser más agresivas en Latinoamérica

Por Ramón Collado
13 de Septiembre de 2018 2:15 PM Actualizado: 13 de Septiembre de 2018 6:39 PM

Al tiempo que la República Dominicana abandona a Taiwán, su socio de muchos años, y adopta la política de “Una sola China”; Washington debe prepararse para un aumento de las actividades de inteligencia de China.

Debido a los alarmantes niveles de corrupción dentro del gobierno dominicano, la importante presencia de Estados Unidos en suelo dominicano, la proximidad del país al territorio continental de Estados Unidos y los vastos recursos financieros de China, los espías chinos estarán operando en un territorio con innumerables oportunidades.

Washington y Santo Domingo establecieron relaciones diplomáticas en 1884. Estas relaciones se cimentaron en los intercambios culturales, el intercambio de información, el turismo, la ayuda exterior, la cooperación bilateral, los intereses económicos y el comercio. Sin embargo, como uno de los socios más recientes de China entre los vecinos de Estados Unidos, la dependencia financiera, la política exterior, la atmósfera política y la lealtad del gobierno dominicano a Estados Unidos se verán influenciadas por los profundos bolsillos de Beijing.

A través de la iniciativa ‘Un Cinturón, Una Ruta’, China ha estado bombeando dinero a los países en desarrollo a un ritmo sorprendente, lo que indica que podría ser un socio/financiador fuerte en el cual los países en desarrollo puedan confiar en su búsqueda de desarrollo económico. China estuvo invirtiendo fuertemente en infraestructura en pequeñas economías como Zambia, Yibuti, Zimbabue, Sri Lanka y Kenia.

A cambio, los chinos instalan bases militares; capitalizan préstamos lucrativos, importaciones y exportaciones; aumentan su influencia política mundial; obtienen concesiones para construir plantas de energía, carreteras, ferrocarriles, puertos e industrias manufactureras; y obtienen un acceso sin precedentes a áreas en las que Estados Unidos ha sido un bastión durante décadas, por ejemplo, Panamá, Yibuti, República Dominicana y otros.

El acceso a Latinoamérica, en particular, permite a los talentosos agentes de inteligencia de China realizar ingeniosamente actividades de recolección de información, especialmente operaciones de reconocimiento, ciberataques, espionaje industrial y recolección de información mediante la interceptación de señales electromagnéticas (ELINT) y de comunicaciones electrónicas (COMINT).

Además, al tener una presencia sólida en una región cercana a Estados Unidos, los espías chinos tienen una gran oportunidad de reclutar y, por lo tanto, de obtener información clasificada de funcionarios del gobierno estadounidense y miembros del ejército estadounidense, así como de estadounidenses que trabajan para ONGs, empresas multinacionales y organizaciones internacionales e intergubernamentales.

China, un gigante del espionaje con aspiraciones de supremacía mundial y mucho dinero en efectivo, encontró un nicho geopolítico en la República Dominicana, que está gobernada esencialmente por una casta de mercenarios políticos. Al traicionar a su viejo socio Taiwán y sucumbir a las suculentas ofertas monetarias de Beijing (3000 millones de dólares en préstamos incluso antes de establecer relaciones diplomáticas), el Gobierno dominicano indica que los Estados, corporaciones o individuos con vastos recursos financieros pueden realizar maniobras políticas cruciales dentro de su aparato gubernamental. Por lo tanto, las oportunidades para la próspera China en la República Dominicana son monumentales.

Las actividades chinas orientadas a la inteligencia en suelo dominicano encontrarán apoyo en funcionarios corruptos del Gobierno dominicano dispuestos a vender sus servicios e influencia política al mejor postor. En los últimos años, el aparato de inteligencia dominicano fue utilizado para actividades ilegales. En abril de 2017, el entonces Ministro de Interior y Policía, Carlos Amarante Baret, admitió sin querer en la televisión nacional que había utilizado la principal agencia de inteligencia de la República Dominicana, el Departamento Nacional de Investigaciones (DNI), para interceptar ilegalmente los teléfonos celulares de disidentes políticos y periodistas con el fin de desbaratar las manifestaciones contra la corrupción y la impunidad.

Washington debe sancionar y, si es legalmente viable, extraditar a los funcionarios corruptos del Gobierno dominicano que han violado las leyes estadounidenses o internacionales, para así enviar un mensaje claro: las actividades corruptas en conjunto con el régimen chino en detrimento de los Estados Unidos no serán toleradas.

El aparato de seguridad nacional de Estados Unidos debe permanecer alerta y cauteloso con respecto a la presencia de China en una República Dominicana sin ley y afectada por la corrupción, porque los chinos tienen las habilidades, los motivos, la influencia política y las capacidades militares, de inteligencia y financieras para infligir graves daños a la infraestructura, la economía, los aparatos de inteligencia y el núcleo gubernamental de Estados Unidos. En resumen, al establecer relaciones diplomáticas con China, Santo Domingo le ha dado a Beijing un acceso sin precedentes para avanzar con su plan de supremacía mundial en el vecindario de Estados Unidos.

Ramon Collado es colaborador de Newsmax en su blog “Global Insight”. Sus artículos han sido publicados por Forbes, The Miami Herald, The Hill, The Jerusalem Post, El Día, y otras importantes fuentes de noticias. Collado tiene un título de postgrado del Centro de Asuntos Globales de la Universidad de Nueva York con especialización en seguridad transnacional.

Los puntos de vista expresados en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de La Gran Época.

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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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