¿Quién fue Confucio y por qué es tan importante su legado para la humanidad?

23 de Enero de 2017 5:11 PM Actualizado: 11 de Noviembre de 2020 6:23 PM

El confucionismo es el conjunto de doctrinas morales y religiosas predicadas por el filósofo chino Confucio (551-479 a.C.). El nombre en chino de su escuela podría ser traducido como Escuela de los Letrados. El confucianismo ha ejercido una gran influencia sobre China, Corea, Vietnam y Japón. Fue la religión oficial de China hasta el siglo VII.

Su pensamiento fue introducido en Europa por el sacerdote jesuita Matteo Ricci (1552-1610), que fue la primera persona en latinizar el nombre como “Confucio”. El canon de la filosofía confuciana lo componen sus cuatro libros. Podemos entender su figura como uno de los más grandes humanistas que han existido. Confucio fue llamado el «Aristóteles chino» y como hizo en su momento Santo Tomás con el filósofo griego, dada la importancia de sus ideas y conceptos, se procedió a la cristianización de las ideas del sabio chino.

¿Quién fue Confucio y qué importancia tienen sus enseñanzas?

Hablar de Confucio es referirnos a uno de los más grandes maestros; fue un pensador, educador y político. Confucio (Kôngzî o K’ung-fu-tzu, que se traduce literalmente por Maestro Kong) fue un filósofo chino nacido en 551 a.C. y una de las figuras más influyentes de la historia china.

Procedente de una familia noble arruinada, vivió en una época llena de caos y corrupción, ejerció tanto de maestro como de funcionario. Vio la necesidad de que la sociedad se rigiera bajo una moral de respeto, honestidad, educación, bondad y dándole mucha importancia a las relaciones familiares. Las enseñanzas de Confucio han llegado a nuestros días gracias a las Analectas (las Analectas recogen una serie de charlas que Confucio dio a sus discípulos así como las discusiones que mantuvieron entre ellos).

El título original en chino, Lún Yǔ, significa “discusiones sobre las palabras” [de Confucio]. Escritas durante el periodo de primaveras y otoños, las Analectas son el mayor trabajo del confucianismo. Hoy en día, siguen teniendo influencia entre los chinos y también en algunos países asiáticos, ya que contienen algunas de las discusiones que mantuvo con sus discípulos.

La recopilación de sus Conversaciones (Analectas) es un amplio abanico de consejos referidos a los asuntos humanos. Basaba toda su filosofía moral en el ren (jen), que es la virtud de la humanidad, y a su vez está basada en la benevolencia, la lealtad, el respeto y la reciprocidad. Todos estos aspectos deben existir en toda relación humana, desde el gobierno de las naciones y la dirección de empresas, hasta el trato social, las relaciones entre amigos y de familia, y el auto-conocimiento.

Confucio. (Dominio Público / Wikimedia Commons)
  1. De soberano a súbdito: benevolencia, que incluye espíritu público y piedad filial.
  2. De padre a hijo: rectitud, que comprende valor, fraternidad, integridad y pureza.
  3. De hermano mayor a hermano menor: corrección, que abarca respeto, solicitud, humildad y deferencia.
  4. De esposo a esposa: conocimiento, que incluye conocimiento de la naturaleza humana, de la Naturaleza en sí y del destino.
  5. De amigo a amigo: buena fe, que comprende verdad, sencillez, sinceridad y honestidad.

Confucio es una de las grandes figuras de la historia del pensamiento humano, un pionero de la pedagogía, crítico social e investigador de la política

Una de sus grandes influencias habría sido Zi Zhaan, primer ministro de Cheng, quien introdujo el primer código jurídico en China. También influyó en Confucio el escepticismo de su época en lo concerniente a la religión, pues a causa de haber sufrido muchas guerras se había perdido la fe en los dioses.

A los 50 años, Confucio empezaría sus enseñanzas. Viajaba solo de un lado a otro instruyendo a los contados discípulos que se reunían en torno a él.

Su fama como hombre de saber y carácter, con gran veneración hacia las ideas y costumbres tradicionales, pronto se propagó por el principado de Lu, y luego a toda China.

A partir de la Dinastía Han, diversos emperadores se inspiraron en la obra de Confucio para organizar la sociedad china. En los siglos posteriores sus enseñanzas ejercieron una poderosa influencia tanto en la filosofía china como en toda historia de China.

Confucio es una de las grandes figuras de la historia del pensamiento humano, un pionero de la pedagogía, crítico social e investigador de la política. Se consagró al estudio de las antiguas tradiciones y de los ritos y tratados religiosos contenidos en los Cánones o King, y se propuso recuperar las antiguas normas de buenas costumbres morales, sociales y de convivencia.

Confucio y su doctrina

Confucio y sus discípulos. (Dominio Público)

Confucio atisbó un orden social conducido por sensibilidades razonables, humanas y justas, no por las acciones arbitrarias de gobernantes entronizados de forma hereditaria, y advirtió las consecuencias sociales si los hombres que ostentan el poder obran sólo en beneficio propio, pasando por encima de la piedad y de la justicia.

Creía en la regeneración de las consciencias pública y privada mediante la educación y la influencia de ideales culturales unificados. La educación en su conjunto constituía el valor general del individuo y de los grupos en los cuales éste se integra de forma activa: la familia, la comunidad y la nación.

Su objetivo era la restauración de un gobierno justo y la revivificación de la sociedad a través del cultivo de las virtudes de la persona.

El maestro Confucio pensaba que la eficacia de un planteamiento como el que él proponía residía en el ejemplo personal; por ello, la clase gobernante debía cultivar las virtudes de la persona ejemplar. Para ello, elaboró las herramientas necesarias para que el desarrollo humano fuera más asequible mediante la transmisión de la historia y de la cultura a todos los individuos, incluso a los más desheredados, y no sólo a aquellos que tuvieran acceso a las mismas por su pertenencia a una clase social privilegiada.

Confucio no fue un preceptor dogmático, sino que por lo general sus enseñanzas básicas fueron bastante transparentes para poder generar nuevas interpretaciones a través del tiempo, por lo que diferentes culturas y sociedades pudieron, a lo largo de la historia, aplicar su mensaje a las realidades de los tiempos cambiantes y en los lugares más distantes. A ello se debe tanto la presencia durante siglos de sus ideas en las variantes del neo-confucianismo, como su influencia posterior en culturas ajenas a China: el I-King se ha convertido en un best-seller en el mundo occidental.

Las máximas virtudes del ser humano según Confucio

Confucio (551 a.C.-479 a.C.), un especialista en ética en China que estableció principios morales basados ​​en la paz, el orden, la sabiduría, la humanidad, el coraje y la fidelidad. (Archivo Hulton/Getty Images)

La esencia de sus enseñanzas se condensa en la buena conducta en la vida, el buen gobierno del Estado (caridad, justicia, y respeto a la jerarquía), el cuidado de la tradición, el estudio y la meditación. Las máximas virtudes son:

  • La tolerancia
  • La bondad
  • La benevolencia
  • Amor y respeto a la naturaleza
  • Amor y respeto a los padres (y antepasados)
  • Respeto a los mayores
  • Respeto al orden político
  • Respeto al orden social
  • Respeto al orden religioso
  • Respeto por la Armonía

Si el príncipe es virtuoso, los súbditos imitarán su ejemplo. Gobernante/súbdito, marido/mujer; padre/hijo. Una sociedad próspera sólo se conseguirá si se mantienen estas relaciones en plena armonía. La base de la doctrina confuciana es recuperar a los antiguos sabios de la cultura china e influir en las costumbres del pueblo.

El Confucianismo y sus fundamentos

Imagen Ilustrativa (Crédito: ErikaWittlieb/Pixabay)

Confucio afirmaba que las tres virtudes fundamentales del hombre noble son:

  • La bondad: que produce alegría y paz interior.
  • La ciencia: que disipa todas las dudas.
  • La valentía: que ahuyenta todo temor.

Un “pecado original” es inconcebible para Confucio, para quien el hombre se encuentra inmerso en un orden meramente natural.

La “verdad” es el camino del cielo, y el principal deber del hombre consiste en meditar sobre ella y descubrirla en todo su contenido y significado.

Existe un solo medio para ser sinceros y veraces en todo: alcanzar la virtud, porque sin virtud no existe veracidad ni sinceridad verdadera.

La virtud en el ser humano es natural y fruto de la propia y precisa voluntad de ser virtuoso. Esto puede conseguirse por medio de la corrección en el trato fraterno, entre otras actitudes y cualidades que son congénitas al ser humano.

El confucianismo afirma que no basta con cumplir con los deberes personales y familiares, porque cuando alguien puede ser útil en el desempeño de un cargo público, falta a su deber si se aleja de la política.

Podemos resumir la doctrina confuciana en una serie de mandatos que deberían ser los principales deberes de todo hombre de gobierno:

  • Amar al pueblo, renovarlo moralmente y procurarle los medios necesarios para la vida cotidiana.
  • Por este motivo, debe servirse en primer término con soberano respeto a Aquel que es el Primer Dominador.
  • Cultivar la virtud personal y tender sin cesar a la perfección.
  • En la vida privada como en la pública, observar siempre el sendero superior del “Justo Medio”.
  • Tener en cuenta las dos clases de inclinación propias del hombre: unas proceden de la carne y son peligrosas; las otras pertenecen a la razón y son muy sutiles y fáciles de perder.
  • Practicar los deberes de las cinco relaciones sociales (explicadas más abajo).
  • Tener por objeto final la paz universal y la armonía general.

Cuando en 1949 el partido comunista de Mao Zedong declaró al gobierno chino ateo, el budismo y el taoísmo perdieron su importancia, aunque algunas asociaciones internas del propio partido consiguieron integrar algunas de sus costumbres en el sistema revolucionario.

Bajo Mao, también el Confucianismo cayó en desgracia (pese a que se reconoció la importancia de Confucio como educador histórico de la nación), pero a su muerte, Deng Xiaoping recuperó cuando menos al personaje: a mediados de la década de 1980 se empezaron a celebrar tímidamente ceremonias en honor de Confucio.

Curiosamente, tras la revolución comunista en China, las tradiciones confucianas han tenido una clara continuación en la sociedad y en el gobierno del país vecino, Corea.

Confucio y su sabiduría

Estatua de Confucio (Crédito: ivxintong/ Pixabay

He aquí algunas de sus “perlas”, que legó para la posteridad:

  • “Cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarlo; cuando veas a un hombre malo, reflexiona”
  • “Lo escuché y lo olvidé, lo vi y lo entendí, lo hice y lo aprendí”
  • “Leer sin meditar es una ocupación inútil”
  • “El hombre superior gusta de ser lento en palabras, pero rápido en obras”
  • “El mejor indicio de la sabiduría es la concordancia entre las palabras y las obras”
  • “El hombre más noble es digno, pero no orgulloso; el inferior es orgulloso pero no es digno”
  • “Transporta un puñado de tierra todos los días y construirás una montaña”
  • “Si un pájaro te dice que estás loco, debes estarlo, los pájaros no hablan”
  • “Nuestra mayor gloria no está en no caer jamás, sino en levantarnos cada vez que caigamos”
  • “Los que respetan a los padres no se atreven a odiar a los demás”
  • “Las atenciones a los padres son en vida porque después sólo queda el culto”
  • “Esperar lo inesperado. Aceptar lo inaceptable”
  • “Una casa será fuerte e indestructible cuando esté sostenida por estas cuatro columnas: padre valiente, madre prudente, hijo obediente, hermano complaciente”
  • “Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos”
  • “Estudia el pasado para pronosticar el futuro”
  • “Lo prudente no quita lo valiente”
  • “El hombre sabio busca lo que desea en su interior; el no sabio, lo busca en los demás”
  • “No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti, ni te hagas a ti lo que no le harías a los demás”
  • “El campo es la fuente de toda la riqueza humana”
  • “No te rindas nunca si quieres volver a casa”
  • “Ser como el sándalo que perfuma el hacha que lo corta”
  • “Oigo y olvido. Veo y recuerdo. Hago y comprendo”

Posterior a la muerte de Confucio

Escritores como Sima Tan, Sima Quian y Liu Xiang seleccionaron elementos filosóficos de las enseñanzas de Confucio y del estudio de estos textos surgieron varias escuelas de pensamiento, como señala el confucionismo.

En el año 480 a.C., el año después de su muerte, se erigió un templo en honor a Confucio, el soberano del Estado de Lu convirtió su casa de tres habitaciones en un templo para la veneración del sabio. El templo fue renovado en muchas ocasiones hasta adquirir el tamaño actual como un complejo de edificios antiguos.

Templo y cementerio de Confucio. (Crédito: Wikipedia)
Templo de Confucio/Imagen ilustrativa

En el año 195 a.C. tiene lugar el proceso de canonización, cuando el emperador fundador de la Dinastía Han (Han Gaozu, reinado 206-195 ac) ofreció un Gran Sacrificio al espíritu de Confucio en su tumba en Qufu. El emperador Han expulsó de la corte a todos los estudiosos de enseñanzas no confucianas, estableciendo así al Confucianismo como culto único de la corte imperial.


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