¿Podrán el fútbol y el turismo revertir el desequilibrio comercial tras la gira de Macri en China?

23 de Mayo de 2017 10:24 PM Actualizado: 24 de Mayo de 2017 12:44 PM

En su gira por China, el presidente Mauricio Macri apeló al uso de herramientas no ortodoxas para ampliar la oferta de negocios de Argentina con la mira puesta en reducir el descomunal déficit comercial de casi 6.000 millones de dólares anuales con el gigante asiático.

Para salir de la dependencia de la exportación de un recurso primario como la soja, que desde hace tiempo cotiza a un precio estable, el mandatario argentino propuso fomentar el intercambio comercial utilizando recursos de alto valor agregado, como el fútbol y el turismo.

Pero, ¿podrán el fútbol y el turismo revertir esta situación?

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Messi chino

Hay que considerar que para China, en la actualidad, el fútbol se ha convertido en una cuestión de Estado.

El mandatario chino, Xi Jinping, en su última visita a la Argentina en septiembre del año pasado sorprendió al presidente argentino proponiendo: “Queremos que dentro de 20 años haya un Messi o un Maradona chino y para eso necesitamos de la ayuda de ustedes”.

Sin perder oportunidad, ratificando la relación estratégica con China, que inició el gobierno anterior, en esta ocasión se acordaron una serie de memorándum de entendimiento entre los cuales figura la cooperación en materia de fútbol entre el Ministerio de Educación y Deportes argentino y la Administración General de Deportes china.

El mandatario chino, Xi Jinping, y el presidente argentino, Mauricio Macri, en una ceremonia de firma en el Gran Salón del Pueblo el 17 de mayo de 2017 en Beijing, China. (Foto de Damir Sagolj / Pool / Getty Images)
El mandatario chino, Xi Jinping, y el presidente argentino, Mauricio Macri, en una ceremonia de firma en el Gran Salón del Pueblo el 17 de mayo de 2017 en Beijing, China. (Foto de Damir Sagolj / Pool / Getty Images)

Macri y Xi Jinping acordaron que entrenadores y jugadores de la selección china viajen a la Argentina para capacitarse en los clubes argentinos de fútbol, por antonomasia, Boca Juniors y River Plate.

Mientras tanto, el mandatario argentino inauguró recientemente una escuela en Beijing donde los profesores de fútbol serán argentinos al tiempo que el ídolo de Boca, Carlos Tévez, ya está jugando en China desde hace varios meses.

Cientos de aficionados chino esperan al futbolista argentino Carlos Tévez en Shanghai, antes de que el jugador se una al club local Shenhua. (STR / AFP / Getty Images)
Cientos de aficionados chinos esperan al futbolista argentino Carlos Tévez en Shanghai, antes de que el jugador se una al club local Shenhua. (STR / AFP / Getty Images)

Sin embargo, más allá del valor monetario que pueda surgir de este incipiente intercambio, que es difícil de cuantificar, todo parece indicar que el fútbol tiene más que nada la función de ser una herramienta para que -a través del intercambio de entrenadores y jugadores- la relación se vaya estrechando cada vez más.

El gobierno argentino no parece buscar, de esta manera, otra cosa más que los chinos se animen a invertir en Argentina con el propósito de sumar valor a la cadena de exportación de alimentos y productos argentinos hacia el país asiático.

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A la conquista del turismo chino

Turistas chinos sacando fotos a una pareja de bailarines de tango en Buenos Aires. (Blog China en América Latina)
Turistas chinos sacando fotos a una pareja de bailarines de tango en Buenos Aires. (Blog China en América Latina)

Por otro lado, Argentina busca llevar para su molino parte del flujo turístico chino, con las expectativas puestas en participar de un negocio dinámico y en constante expansión que es utilizado por los sectores de mayor poder adquisitivo en la nación asiática.

Se estima que cerca del 10 % de la población de China, unas 150 millones de personas, viajan alrededor del mundo, sobretodo en el hemisferio norte (Asia, Europa y EEUU), también a Australia (por la cercanía), y solo en una menor proporción emprenden un viaje de 24 horas para llegar hasta la distante Latinoamérica.

América Latina no es precisamente el primer lugar adonde viajan los chinos

La perspectiva de abrir la puerta del turismo receptivo argentino al flujo del mercado de China genera reconfortantes posibilidades entre los funcionarios argentinos como si fuera una panacea.

“Hay que incorporar al turismo. Hay 150 millones de chinos que salen por año al mundo. Con llevarnos un uno por ciento estaríamos absolutamente maravillados”, expresó la canciller argentina Susana Malcorra al diario Clarín.

De hecho, en la reunión bilateral previa al G20 en Hangzhou del año pasado, Macri le dijo a Xi que no le parecía “descabellado” alcanzar la cifra de un millón de turistas al año.

Sin embargo, en los hechos, los funcionarios encargados de desarrollar esta nueva estrategia se muestran muchos más cautos.

Con un objetivo más plausible, el ministro de Turismo, Gustavo Santos, describió al diario La Nación la situación del flujo turístico chino: de los 36.000 turistas que visitan actualmente la Argentina, que en su estadía gastan un promedio de 1400 dólares, la meta para el año 2019 es alcanzar los 100.000 turistas.

Hay 150 millones de turistas chinos que viajan por el mundo, pero solo una mínima parte elige como destin América Latina. (PHILIPPE LOPEZ/AFP/GettyImages)
Hay 150 millones de turistas chinos que viajan por el mundo, pero solo una mínima parte elige como destino América Latina. (PHILIPPE LOPEZ/AFP/GettyImages)

“América Latina no es precisamente el primer lugar adonde viajan”, sentenció Federico Di Stéfano, director de la agencia ChinaPass, al describir el perfil de los turistas chinos que se aventuran llegar hasta Argentina, según reporta el diario La Nación.

Di Stéfano describe que cuando vienen al país lo hacen combinando viajes a Brasil (que recibe unos 70.000 turistas por año), a Chile y a Perú. Incluyendo también a Cuba y Venezuela por “una cuestión ideológica”.

Esto significa que Argentina -con su propuesta de fútbol, tango, cataratas y Patagonia-, no es todavía per se un gran atractivo para el mercado chino ya que –en los hechos- los chinos achican la duración de su estadía en el país, acortando sus gastos, para continuar su gira por otros países de la región.

México, en cambio, debido a la cercanía con EE.UU., tiene más posibilidades de verse favorecido, debido a que en el año 2015, EE.UU. recibió un flujo de 2,6 millones de turistas chinos que gastaron 30 mil millones de dólares.

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Lejos de ser una solución

Como se evidencia en los datos arriba expuestos, por más que los turistas del lejano oriente alcancen la meta de los 100.000 en el año 2019, lejos queda todavía la cifra de modificar la asimétrica relación de la balanza comercial con el coloso asiático.

Los objetivos pretendidos parecen ser demasiados elevados teniendo en cuenta que los tiempos chinos son otros respecto a la “estrategia de urgencia” que propone el gobierno argentino.

Estas alternativas no convencionales conllevarán un largo proceso de adaptación para que Argentina realmente genere un fuerte atractivo para los usos y costumbres del país del lejano oriente.

Y ciertamente por más que se logre afianzar la estrategia, muy probablemente no alcance para poder revertir -como quisieran los funcionarios argentinos- una relación tan despareja (Argentina acumula casi 30 mil millones de dólares de déficit en su balanza comercial en los últimos 5 años con el dragón rojo).

Sería oportuno que Argentina consolidara una estrategia conjunta con toda Latinoamérica hacia China para balancear la sustancial asimetría que existe al negociar bilateralmente con un coloso de semejante envergadura.

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