Análisis de las bases comunistas de Corea del Norte

01 de Abril de 2017 2:24 AM Actualizado: 06 de Octubre de 2017 2:27 PM

A diferencia de la Unión Soviética, que se derrumbó y se dividió en más de una docena de naciones no comunistas, o China, cuyos líderes mantienen el gobierno y la ideología del Partido Comunista, pero introdujeron los mercados capitalistas y permitieron la interacción con el mundo exterior, Corea del Norte ha permanecido un estado totalitario, entrando y saliendo de los titulares de las noticias ya que amenaza con armas nucleares y misiles balísticos.

Algunos han argumentado que Corea del Norte no es exactamente comunista, ya que el país eliminó todas las referencias al comunismo y a Karl Marx de su constitución en los años 2000 y porque sigue un programa de nacionalismo extremo y una sucesión dinástica implícita. En lugar del marxismo, la ideología oficial es la llamada “Idea Juche”, un nombre derivado del chino que se suele traducir como “autosuficiencia”, pero puede ser mejor entendido como una versión del materialismo dialéctico que pretende situar a la gente y no a las relaciones productivas, en el centro de la evolución histórica.

Pero en términos de liderazgo, sociedad y su economía estrictamente controlada, Corea del Norte se asemeja y supera a los regímenes autoritarios socialistas arquetípicos que existían en la guerra fría. Además, el estado debe sus bases ideológicas y su propia existencia al comunismo y a los poderes comunistas.

En la década de 1940, la Unión Soviética envió especialistas para ayudar a Kim a consolidar el poder y establecer un régimen comunista. También capacitaron y enviaron a miles de agentes para desestabilizar los esfuerzos dirigidos por Estados Unidos para establecer una democracia en Corea del Sur. Para obtener el poder, Kim usó la misma fórmula que casi todos los dictadores comunistas en ciernes cuando eliminó a los “contrarrevolucionarios” con la Campaña de Orientación Concentrada. Unos 800.000 norcoreanos huyeron al sur y el estado etiquetó a los familiares de las personas que huyeron a Corea del Sur como “contrarrevolucionarios”.

Con un estilo casi replicador al de Stalin, Kim Il-Sung erigió un culto de personalidad alrededor de sí mismo, purgando al Partido de los Trabajadores de Corea de todos los disidentes y desterrando a los designados enemigos de clase en una red de gulags, el infame kwanliso.

Se cree que el régimen de Kim Il Sung asesinó entre 710.000 y 3,5 millones de personas, según los investigadores, mientras que los expertos estiman que unos 200.000 norcoreanos están actualmente encarcelados en un sistema de campos de trabajo, de los cuales de 50.000 a 70.000 son cristianos. Cientos de miles de norcoreanos se vieron obligados a huir del país, y la mayoría de ellos fue a China.

Kim Il Sung, en particular, se enfocó en los cristianos coreanos. “Hemos ejecutado a todos los miembros de las iglesias protestantes y católicas y todos los otros elementos religiosos viciosos han sido enviados a los campos de concentración”, proclamó en 1962. Sus creencias obstaculizaron la campaña de propaganda del régimen la cual proclamaba efectivamente a Kim como un dios viviente. En la práctica, la Juche de Corea del Norte promueve formas extrañas de nacionalismo étnico, describiendo a la familia Kim como salvadores de la “raza coreana”.

Los planes de estilo soviético fueron inicialmente implementados, incluyendo la incautación de la propiedad privada, así como de industrias nacionales. En 1950, Kim estaba obsesionado con la unificación de Corea del Norte y Corea del Sur antes de recibir una ayuda sustancial de los asesores soviéticos, quienes ayudaron a elaborar planes de invasión y le dieron equipo militar. Más tarde, el líder del Partido Comunista Chino Mao Zedong desplegó 300.000 soldados a Corea del Norte durante la Guerra de Corea.

Los soldados de Corea del Norte marchan con un retrato del fundador Kim II-Sung en el aniversario de su nacimiento el 15 de abril de 2012. Corea del Norte a lo mejor lanzo misiles el 15 de abril de 2013. (Pedro Ugarte / AFP / Getty Images)
Los soldados de Corea del Norte marchan con un retrato del fundador Kim II-Sung en el aniversario de su nacimiento el 15 de abril de 2012. Corea del Norte a lo mejor lanzo misiles el 15 de abril de 2013. (Pedro Ugarte / AFP / Getty Images)

Oficialmente, el país dice que no es comunista, pero se comporta como tal. El país es una anomalía, se podría describir más exactamente como una monarquía de inspiración comunista, como han dicho algunos expertos. El Partido Comunista de Trabajadores de Corea es el partido político fundador y gobernante de Corea del Norte, usa un emblema que es una adaptación del martillo y la hoz comunistas, junto con un cepillo de escritura coreano. En 2010, el partido retiró una frase sobre sus objetivos de “construir una sociedad comunista”. En 2012, afirmó que Juche es ahora “la única idea rectora del partido”, ya que el Juche puede usarse para mantener el control absoluto de la familia Kim en el poder.

Andrei Lankov, de NK News, dice que el gobierno del Partido Comunista Coreano de los Trabajadores dirige efectivamente un modelo marxista-leninista:

“Corea del Norte podría ser el único lugar en la faz de la tierra donde estos principios básicos, una vez desarrollados por Joseph Stalin alrededor de 1930, todavía se implementan de manera consistente. Es cierto que la “verdad universal del marxismo-leninismo” ha sido reemplazada por la misma verdad del Juche, y muchos elementos del sistema han sido rediseñados. Sin embargo, ésta sigue siendo la aproximación más cercana al modelo, una vez común, un vestigio vivo de cierta índole”.

La promoción del comunismo y del marxismo-leninismo aparentemente comenzó a desaparecer después de la muerte de Kim Il Sung en 1994. Para 2009, las referencias a la palabra “comunismo” habían sido eliminadas de la constitución de Corea del Norte, mientras que las imágenes de Marx y Lenin fueron removidas de las áreas públicas. Kim Il Sung y su hijo Kim Jong Il fueron exhibidos frecuentemente junto a ellos, mientras que a ambos Kims se les atribuye haber escrito un gran número de libros sobre la teoría marxista.

Cuando la Unión Soviética se derrumbó, la ideología Juche se convirtió en la doctrina primaria, ya que “la dinastía Kim es mucho más que un régimen político autoritario. Se declara como la fuente última de poder, virtud, sabiduría espiritual y verdad para sus ciudadanos”, escribe el DailyNK.

Los coreanos del norte visitan la colina de Mansu en Pyongyang y observan las estatuas del difunto presidente Kim Il-sung y del líder Kim Jong-il en el primer aniversario de la muerte del líder Kim Jong-Il el 17 de diciembre de 2012. (KNS / AFP / Imágenes Getty)
Los coreanos del norte visitan la colina de Mansu en Pyongyang y observan las estatuas del difunto presidente Kim Il-sung y del líder Kim Jong-il en el primer aniversario de la muerte del líder Kim Jong-Il el 17 de diciembre de 2012. (KNS / AFP / Imágenes Getty)

Otra desviación de los estados típicamente marxistas es el “sistema de castas” de Songbun de Corea del Norte, la cual fue adoptada por el Partido del Trabajador comunista a finales de los años cincuenta. Constituyó esencialmente una purga masiva de la sociedad de Corea del Norte para crear cinco clases sociales. “Este sistema se estableció a finales de la década de 1950 y entró en pleno vigor alrededor de 1967. Divide a la población en grupos, de acuerdo con las acciones y la posición social de sus antepasados paternos (y ellos mismos, dependiendo de su edad) durante el período colonial japonés y La Guerra de Corea”, según NK News. En teoría, no hay clases en las sociedades comunistas, pero se han desarrollado jerarquías increíblemente complejas tanto en la Unión Soviética como en China. El Partido Comunista Chino, por ejemplo, tiene una jerarquía increíblemente compleja, donde los comunistas de alto nivel gozan de los mayores privilegios.

El Departamento Organizador Guía del Partido Comunista controlaba el sistema Songbun, y muchos expertos creían que éste había sido el verdadero centro del poder en los años sesenta, cuando las autoridades norcoreanas comenzaron a clasificar a cada ciudadano como un enemigo o un partidario.

Pero todavía conserva las características típicas de los estados comunistas, incluyendo la imagen y la obsesión con la ideología. Los artículos de propaganda de la familia de Kim se pintan en un estilo comunista con “socialismo realista”. Banderas de sangre roja y los diseños de interiores son comunes. Kim Jong Un ha lucido un traje al estilo Mao Zedong, mientras que el partido recientemente le concedió el título de “presidente”, similar a Mao. También es presidente del Comité Central del Partido de los Trabajadores de Corea y de las Comisiones Militares Centrales, las cuales son de origen comunista.

El aparato de represión de Corea del Norte es decididamente estalinista.

Todos los periódicos, libros y revistas están autorizados por el gobierno para promover a Kim Il Sung, Kim Jong-Il y Kim Jong-Un, y a los norcoreanos se les prohíbe escuchar las emisoras extranjeras o leer publicaciones extranjeras.

Corea del Norte también tiene su propio sistema de gulag, de unos 150.000 a 200.000 personas se cree están actualmente encarcelados. El trabajo forzado, la hambruna, los abortos forzados, las ejecuciones, las torturas, las palizas, y más son comunes. Los niños nacidos de padres en los campamentos permanecen allí durante el resto de sus vidas, como parte del sistema de castas de Songbun. Los ciudadanos se mantienen en la oscuridad y no pueden salir, como en la Unión Soviética antes de su caída. Y desde 1948 hasta 1987, se cree que el régimen de Kim Il Sung asesinó entre 710.000 y 3,5 millones de personas, dijo el profesor de ciencias políticas de la Universidad de Hawaii, R.J. Rummel.

En 2014, Naciones Unidas investigó el régimen de Kim Jong Un por cometer crímenes de lesa humanidad y posiblemente genocidio, también características de los regímenes comunistas. La tortura, el hambre masiva y los asesinatos masivos son comunes en los campamentos de Corea del Norte.

“Incluso ahora mientras hablo aquí hoy todavía hay bebés naciendo en los campamentos, hay ejecuciones públicas, como la de mi madre y mi hermano, suceden en el campamento, y mueren de palizas y de hambre”, dijo Shin Dong-Hyuk en 2014, refiriéndose a otro informe sobre el presunto genocidio.

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